EL HOMBRE DE
La muerte visible en la guerra, en los delitos, en la droga, en las epidemias, en los tumores, en el sida, en el alcoholismo, en los atentados, en el odio racial, en las revueltas, en los suicidios, en las persecuciones, en los genocidios, en la tiranía, en las cárceles, en el hambre del tercer mundo, en los robos, en los medicamentos, en la violencia, en los golpes, en los muertos amenazados de la mafia , de la camorra y de la delincuencia organizada, en los secuestros, en los incidentes “militares” y sobre el trabajo etc.
La muerte invisible: que matan con la contaminación atmosférica, con los rechazos, con los residuos tóxicos, con las radiaciones nucleares, con los residuos radiactivos, con el agua envenenada, con los pesticidas, con los alimentos adulterados, con las sofisticaciones alimentarías, con el grano radiactivo, con la harina cancerigena, con las bencinas y gases tóxicos, con el vino al metanol, con los nitritos, con los nitratos, con los antiparasitarios, con las armas químicas y bacteriológicas, con los defoliantes, con los tomates concentrados, con el agujero de ozono, etc.
El cuadro de la situación mundial viene siempre más trágico y evidenciado, en modo dramático, el declive espantoso de esta sociedad apestada de infinitos y apocalípticos problemas que, como la espada de Damocles, amenaza y mucho sobre la entera humanidad.
El hombre de
Rendir cuentas que de aquí a no mucho tiempo, no podrá vivir más ninguna forma de vida sobre este Planeta, deberá servir a desarrollar una ala de conciencia y una actividad a la supervivencia y al amor hacia la vida y de sus inderogables exigencias, al respeto del orden natural y de cada forma que obedezca a
“Los hombres de
Santiago el hermano del Señor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario